El mundo del automóvil está lleno de marcas emblemáticas, cada una con su propia historia y legado único. Entre las más icónicas destacan Ford, Ferrari, BMW y Mercedes-Benz.
Ford, fundada por Henry Ford en 1903, revolucionó la industria con la introducción de la línea de montaje en masa. Su modelo T, lanzado en 1908, se convirtió en el primer automóvil asequible, cambiando para siempre el panorama del transporte.
Ferrari, por su parte, es sinónimo de lujo y rendimiento. Enzo Ferrari fundó la empresa en 1939, y desde entonces, sus coches rojos han dominado tanto las calles como las pistas de carreras, convirtiéndose en un símbolo de estatus y poder.
BMW y Mercedes-Benz son dos gigantes alemanes conocidos por su ingeniería de precisión. BMW, fundada en 1916, es famosa por su serie 3, mientras que Mercedes-Benz, que data de 1886, es conocida por su clase S. Ambas marcas han dejado una huella indeleble en la industria automotriz, elevando constantemente el estándar de lujo y rendimiento.
Estas marcas han dejado un legado impresionante, marcando hitos en la historia del automóvil y definiendo lo que significa la excelencia en la ingeniería automotriz. Han demostrado que un coche puede ser mucho más que un simple medio de transporte: puede ser un objeto de deseo, un símbolo de estatus y una obra de arte.